Hacía un frío de tres pares de narices, llego a la estación y veo que en el panel de información hay un parpadeo constante. Me digo: vaya, retraso. Como otras noches, imaginaba que sería de unos 10 o 15 minutos.
Pero esa noche, me equivoqué, porque el retraso era de ¡3 horas y 20 minutos! No daba crédito a lo que veía, casi a la hora de llegada a Bilbao el tren pasaría por Burgos.
Me voy a información a ver si aquello era real o solo un mal sueño y me dicen que el tren casi acababa de salir de Madrid y que el problema era: un fallo en la catenaria. No daba crédito, pero no tenía tiempo ni de pensar ni de discutir. Después de un momento de duda, cancelé el billete y me marché a Bilbao en autobús vía Vitoria; aquí esperé 65 minutos a otro autobús con 4 grados bajo cero y buscando un sitio donde tomar algo que, después de 25 minutos andando, encontré.
Después de toda esta odisea, de andar corriendo por un par de ciudades en busca de autobuses y cafés, empecé a darle vueltas al tema de la catenaria y me empecé a preguntar cosas sobre nuestra gran compañía ferroviaria y demás entes administrativos:
- ¿A caso no se puede poner una locomotora diésel al tren, sino durante todo el trayecto, durante parte de el, allí donde sea necesario?
- Si no tienen locomotoras diésel, ¿no se puede pensar en un transbordo por carretera?
- ¿Que pasará cuando inauguren las nuevas líneas de alta velocidad? El AVE Madrid-Sevilla funciona bastante bien, pero, ¿las nuevas que se hacen deprisa y corriendo, en detrimento de otros servicios?
- Se imaginan que pasa cuando se estropea la catenaria en una linea de alta velocidad. Yo no quiero ni pensarlo.
- ¿Por que siguen empeñados en retirar trenes y líneas cada vez que invierten en alta velocidad? Tomen nota de otros países, ambos ferrocarriles son compatible y necesarios.
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