Y llegó el sábado. Amaneció gris y llovía a mares. Bien abrigados y armados con paraguas y cámaras, muchos amigos del ferrocarril nos volvimos a dar cita en la estación de Norte de Burgos.
Llegué sobre las 11:30 de la mañana y en la vía ocho esperaba su hora de salida, las 14:00, una unidad 432 con destino a Pamplona.
El primer tren que asomó por la estación fue el Alvia procedente de Bilbao con destino Madrid. Eran las 11:45, por lo que venía con algo de retraso.
Poco después llegó el Talgo con destino a Madrid que, como os dije en la anterior entrega, debiera tomar vía Aranda pero no es posible aún por no haber enlace entre la nueva variante y esta vía. Venía más largo de lo habitual, igual que la noche anterior.
Una vez partió hacia su destino, entramos al vestíbulo de la estación a recuperar un poco de calor y a disfrutar de los villancicos cantados y bailados por un grupo regional de la capital burgalesa.
Lo minutos pasaban rápidamente y, a pesar de la fría mañana, disfrutábamos de un buena jornada de trenes. Los siguientes en hacer acto de presencia fueron el Arco procedente de Irún con destino La Coruña y el Regional Express Madrid - Vitoria.
Las circulaciones de trenes se sucedían con apenas 15 o 20 minutos de diferencia y, poco después, hizo su aparición el diurno procedente de Salamanca con destino Irún/Hendaya.
Después de este tren ya no había otro hasta que llegase el InterCity, que venía con retraso, o partiese hacia Pamplona el Electrotrén de la serie 432. Por lo que nos subimos un rato al local a charlar de nuestra afición y, al poco, alguien gritó: "una dos pisos". Fue la sorpresa del día. En la vía 6 estaba estacionando una unidad de cercanías de dos pisos de la serie 450.
Una vez que todos los amigos del tren disfrutamos de semejante sorpresa, me dispuse a volver a casa para reponer fuerzas, pero el día, deparó la agradable sorpresa de poder disfrutar de 4 trenes a la vez en la estación de Burgos: la 450, el Electrotrén 432, un mercancías cruzando por vía 2 y el InterCity que ya había llegado a la estación y se encontraba estacionado en vía 1.
Finalmente, con esta vista, volví a casa esperando volver en algún momento del día a disfrutar de algún tren más.
Y lo hice, a las 22:15 pude acercarme con mi familia a la estación para ver pasar al Tren Hotel Francisco de Goya, procedente de Madrid con destino a la ciudad de la luz, París.
Una vez que el Tren Hotel partió hacia su destino, París, mi familia y yo nos dirigimos a nuestra casa, sabiendo que, mañana domingo, era el último día que vería pasar algún tren por la ciudad de Burgos, por al lado de casa.
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