Ese es el objetivo que se han marcado varios investigadores de Microsoft y la Universidad de Washington, para el que parten de la base de la multitud de campos electromagnéticos que emiten los electrodomésticos, y de las redes eléctricas y emisiones de radiofrecuencia que nos rodean en nuestra propia casa, las cuales se reflejan de diferente forma en nuestro cuerpo según nos movemos.
El equipo de investigación de Microsoft Research ha logrado rastrear esas señales en sus distintas frecuencias y registrar los cambios que se producen cuando realizamos distintos gestos o movimientos. Para captar esos cambios, tan sólo haría falta llevar un sensor, que se puede integrar en un móvil o un brazalete.
Por último, y gracias al registro en una base de datos de los movimientos necesarios para realizar diferentes acciones, podríamos, por ejemplo, chasquear los dedos para encender y apagar las luces o pasar una mano por una pared para subir o bajar el termostato del aire acondicionado.
En definitiva, estamos ante un proyecto muy prometedor, y que ya ha sido probado con éxito gracias mediante un sensor unido a un portátil que se llevaba en una mochila. ¿Cuál será el siguiente paso?
Vía: Xataka
Enlace: Microsoft Research
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