Ya no me cabe ninguna duda de que en este país somos diferentes, pero diferentes a escala mundial. Y digo esto porque el José Blanco, nuestro Ministro de Fomento, anda soltando últimamente una serie de perlas a cual más linda.
Y es que, esta semana ha advertido a Renfe que "a partir de 2012 habrá otro operador ferroviario y hay que preparar a la compañía estatal para ello". Y yo le digo señor Ministro, ¿acaso esto es un problema? ¿Qué importancia tiene que vaya a haber un operador ferroviario? Señor Ministro, como si hay veinticinco. Le voy a dar un dato: en Suiza hay un operador ferroviario público (los Ferrocarriles Federales Suizos) y 45 operadores privados, y estamos hablando de un país que tiene uno de los mejores ferrocarriles del mundo.
Asimismo, Blanco ha vuelto ha mencionar la línea Madrid-Burgos por Aranda y ha dicho que "como viajan una media de seis viajeros por día sería más rentable pagarles un taxi" o que hay "alternativas como el autobús, que es igual de confortable". Señor Ministro, que por esa línea viajen una media de seis viajeros al día lo han conseguido ustedes solitos, debido a la racanería de horarios ofertada por Renfe. Y decir que el autobús es igual de confortable que un tren es una auténtica salvajada, debe ser que al señor ministro le dejan levantarse en el autobús y en el tren le atan de pies y manos.
Por lo demás, Blanco sigue insistiendo en que las prioridades de Renfe son la Alta Velocidad, las Cercanías y las Mercancías, es decir, que sigue insistiendo en olvidarse de la mayoría, vamos, de los que realmente levantamos el país.
Acaso señor Ministro, ¿no es mejor compatibilizar todos los transportes públicos y ofertar un servicio al público como Dios manda? Señor Ministro, yo viajo dos veces por semana por motivos de trabajo, cuando no tengo que hacerlo algún día más, y sus servicios públicos dejan mucho que desear. Ustedes están hablando de sostenibilidad, de hacer más seguras las carreteras y/o de evitar que la gente se desplace en coche y no están haciendo ni una cosa bien.
Señor Ministro, ¡suspenso!
Enlace: El Pais
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