domingo, 30 de octubre de 2011

El consorcio español se adjudica el contrato del tren del desierto, en Arabia Saudí

Puede ser que a algunos os extrañe el hecho de que no haya hablado, hasta ahora, de la noticia ferroviaria de esta semana y, probablemente, de este mes de octubre. Y es que, a veces, resulta complicado hablar de una noticia tan mediática como esta. No obstante, y además de resumirla en cifras, voy a tratar de dar mi propia visión sobre el asunto.

A mediados de semana, la Organización de Ferrocarriles Saudíes (SRO) anunció que la segunda fase del proyecto de alta velocidad Haramain se adjudicaba al consorcio Al Shoula, formado por doce empresas españolas y dos empresas saudíes, y que se imponía al consorcio francés (formado por Alstom y SNCF).

El consorcio ganador está integrado por Renfe Operadora que participa con un 26,9 por ciento, Adif con un 21,5, Talgo con un 17,5 por ciento y el 34,1 por ciento restante corresponde a la participación de Ineco, OHL, Copasa, Dimetronic, Indra, Abengoa, Ineco, Consultrans, Inabensa e Imathia. Además, se ha acordado la creación de una sociedad saudí, que existirá durante la construcción y operación de la línea de alta velocidad que unirá La Meca y Medina, un proyecto que supone el mayor contrato jamás logrado en el exterior por empresas españolas. En total, alrededor de 7.000 millones de euros para el desarrollo de una línea de unos 450 kilómetros, que será apta para 300 km/h, y que incorporará el sistema de regulación de tráfico ERTMS Nivel 2.


La línea tendrá cinco estaciones: La Meca, Jeddah, Aeropuerto de Jeddah, KAEC (siglas en inglés que responden a Ciudad Económica del Rey Abdullah) y Medina, aunque las autoridades saudíes están valorando añadir dos más: una en una universidad y otra en la denominada Ciudad del Deporte, situada en pleno desierto.

Por ultimo, comentar que el material que se va a usar en la explotación de la línea consistirá en 35 trenes eléctricos que fabricará Talgo en España (se basará en la serie 112 de Talgo-Bombardier), con opción de compra de veintitrés más. Cada tren estará formado por doce coches y dos cabezas tractoras, y contará con una capacidad de entre cuatrocientas y quinientas plazas. Uno de ellos, será el tren VIP, para el Rey y su séquito.


En este punto, y una vez resumidas las cifras de este magno proyecto, me vais a permitir haceros una pregunta: ¿es realmente necesaria una línea de alta velocidad en lugar mayoritariamente desértico y en el que la mayoría sus potenciales usuarios son peregrinos? Sinceramente, y al igual que lo pienso para la gran mayoría de las líneas de alta velocidad de nuestro país,me parece innecesario.

Tal vez me acuséis de romántico o anti-AVE, pero la realidad es que me gusta más apostar por la intermodalidad. Acercar un medio de transporte como el ferrocarril la mayor parte de poblaciones posible y ganar velocidad, no pasa por construir nuevas líneas que sólo conecten las grandes ciudades, sino por adaptar las líneas existentes a, por ejemplo, 200 km/h, crear ramales y trenes lanzadera a poblaciones importantes y compatibilizar el ferrocarril con otros medios de transporte como el autobús, el avión o los trenes-tranvía.

Ayer mismo, al viajar entre Madrid y Valladolid por la línea de alta velocidad, me reafirmé en mis ideas: parece que voy en un avión en vez de en un tren. Cuando cojo un tren, me gustaría no viajar muy rápido (para eso está el avión) me gustaría disfrutar del paisaje desde las grandes ventanas de los trenes de antes (ahora tenemos ventanas pequeñas y tintadas que cambian la realidad existente tras ellas) y me gustaría disfrutar de un tren con su locomotora y sus vagones, o en su defecto de un automotor añejo.

Sinceramente, viajar en un automotor aerodinámico, sin apenas colorido, y que va a 250 km/h., no es viajar, al menos para mí. No obstante, sólo es mi opinión personal, y me gustaría conocer la vuestra.

Enlace y fotos: Vía Libre

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