Baterías, tan odiadas y a la vez tan queridas. Sin ellas, nuestro actual ritmo de vida no sería el mismo, puesto que cada día usamos más todo tipo de dispositivos como teléfonos avanzados o tablets, e incluso, ya se comienza a ver algún que otro coche eléctrico, cuyo mayor problema reside en la escasa duración de sus baterías y el gran tiempo necesario para recargarlas, que si bien puede ser de tan sólo un cuarto de hora, si lo conectamos a un enchufe normal el tiempo puede llegar a las nueve horas.
Para tratar de solucionar tanto el problema de los tiempos de carga como el relacionado con la autonomía de las baterías, investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han desarrollado un nuevo tipo de baterías que se cargan con un combustible líquido, que se conoce como Cambridge Crude.
Estas nuevas baterías se cargan de la misma forma que ahora cargamos el depósito de nuestro coche. La idea se basa en que estas baterías se alimentan mediante unas células semi-sólidas, formando parte de una innovadora arquitectura de partículas cargadas en un electrolito líquido, y que se separa en dos contenedores, uno con partículas cargadas (en el que se almacena energía), y en el otro contenedor están las partículas que se descargan (en el que se descarga la energía).
Las mayores ventajas de las nuevas baterías, además de reducir el tiempo de recarga, es que son hasta diez veces más eficaces que las de iones de litio y más baratas, puesto que tienen un menor tamaño. Además, incluyen mejoras en los sistemas de conexión y soportes actuales.
El profesor Yet-Ming Chiang afirma que este desarrollo supone reinventar las baterías para automóviles, un trabajo nada sencillo y cuyas investigaciones pueden llevar al menos 18 meses hasta las podamos ver en los vehículos que transitan por nuestras ciudades.
Vía: Alt1040
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