La tuneladora Gran Vía finalizó ayer la excavación del túnel que, una vez disponga de la vía y catenaria, conectará las dos grandes estaciones de Madrid, Atocha y Chamartín, mediante vía apta para trenes de alta velocidad.
Ocho centímetros por minuto y casi cinco metros a la hora. Esta ha sido la continua rutina de la tuneladora hasta que ayer concluyó los siete kilómetros de recorrido del nuevo túnel, que tras los dos existentes de ancho ibérico inaugurados en 1967 y 2008, unirá Atocha y Chamartin, permitiendo a los trenes de alta velocidad del Sur atravesar la capital española, y continuar hacia el Norte de la Península, o viceversa.
Se trata del túnel más profundo (entre 30 y 50 metros en sus tramos más hondos), y el recorrido sin paradas más largo de toda la ciudad, y que ha necesitado de una inversión de 206 millones de euros. Dispone de ocho salidas de emergencias y tres pozos de ventilación. Según las previsiones, el primer tren de alta velocidad cruzará el túnel a finales de 2012, cuando estén colocadas las vías, las luces y la catenaria.
Enlace: El País, El túnel urbano del AVE
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