Tras los primeros 30 días de funcionamiento, el AVE Madrid-Valencia no cumple las expectativas que se habían anunciado desde el Ministerio de Fomento, y que establecían el uso del nuevo AVE en 2.800.000 personas durante el primer año, de las cuales 800.000 serían nuevos viajeros.
Aunque no se ha cumplido el primer año de uso, los datos del primer mes de servicio no son nada buenos, dado que unos 200.000 viajeros han utilizado la línea de tren de alta velocidad Madrid-Castilla-La Mancha-Comunidad Valenciana durante dicho periodo, que representa algo menos del 50% de las plazas ofertadas. Si se extrapolan dichos datos a un año completo, la cifra de viajeros se quedaría en unos paupérrimos 1.820.000 viajeros, lo que representa un 40% menos de ocupación que el anunciado antes de la entrada en servicio de los nuevos trenes.
Además, los encargados de las tiendas de la nueva estación de Valencia tampoco están satisfechos. "Vamos mal. De momento, las cifras de viajeros que nos avanzó Adif no se han cumplido, una vez se ha satisfecho la curiosidad de quienes venían a ver la estación", explicaba esta semana Isabel, dueña de uno de los locales, al diario Las Provincias.
¿Donde está el problema de tan malas cifras? Pues conociendo la política de Renfe, y no quiero echar más leña al fuego, que ya arde bastante, el principal problema está en el precio, con el que parece, que por el momento, no puede competir con el autobús (aunque este tarde bastante más que el tren), un medio de transporte que, según los usuarios habituales de dicho trayecto, el tren cuesta hasta seis veces más que el autobús, y con la que está cayendo, la gente prefiere gastar menos a costa de tardar algo más, e incluso viajar más incómodo.
En definitiva, creo que sobran las palabras. Renfe debe darse cuenta que tiene que ser más competitiva; no basta con ofrecer confort y velocidad si hay que pagar una millonada.
Enlace: Euroferroviarios.net vía El Economista
1 comentario:
No cabe duda: RENFE debe reaccionar con más flexibilidad, en lo que se refiere a los precios, a la competencia de los autobuses.
La alternativa sería la política practicada en Alemania que se basa en una ley del año 1934, en la ley de transporte de personas (Personenbeförderungsgesetz). Esta ley fue hecha para promover la utilización del tren, con la idea de que las inversiones considerables que el estado realiza en la red ferroviaria del país, tendrían que rentabilizarse por el uso de este medio de transporte.
Gracias a esta ley en Alemania hasta hoy, salvo poquísimas excepciones, no hay líneas de autobúses de largo o mediano recorrido; y creo que gracias a esta ley todavía, y a pesar de todos los recortes ocurridos en el último medio siglo, Alemania dispone de una red de ferrocarriles envidiable.
Todavía ... - porque justo este año, por los vientos neoliberales que soplan tanto desde la Unión Europea como desde el gobierno federal de Berlín, la ley mencionada de 1934 está cayendo, este año ya habrá autobús de línea por ejemplo de Múnich a Hamburgo, acontecimiento inaudito ...
Y malos augurios para la infraestructura ferroviaria en aquel país ...
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