Dice el refrán que "no hay dos sin tres". Esperemos que, por el bien de Renfe, no se cumpla el dicho, puesto que un nuevo fallo en la catenaria de la línea que une Palencia y Santander ha colmado la paciencia de muchos usuarios que utilizan los trenes de Renfe para ir desde la capital cántabra a Madrid y/o viceversa.
Y es que, cuando apenas se ha cumplido un mes del fallo en la catenaria que dejó tirados a unos cuantos viajeros a pocos kilómetros de Reinosa, hay que mencionar otro fallo en el dichoso hilo, esta vez en Renedo. El problema es que, entre fallo y fallo, la gente comienza a desconfiar del servicio ofrecido por la operadora estatal. Tal es el grado de indignación, que empiezan a pensar en viajar en autobús, que aunque les resulte más incomodo, parece más fiable y, además, es más barato.
Dejadez es la palabra que mejor le va al mantenimiento de una línea, por donde unos trenes capaces de circular a 200 kilómetros por hora, tan sólo pueden hacerlo a 120 (yo lo he vivido en mis propias carnes). Y no es que precisamente quiera correr, pero en vez de tanto AVE, que parece que estamos llenando las vías españolas de aviones (o de pájaros, ya no lo sé), se podrían cuidar mejor las infraestructuras que ya están tendidas y adaptarlas a una velocidad apta para todos lo públicos.
Y además, Fomento se ahorraría unos cuantos millones. ¿Y Renfe? Seguramente, de hacerlo bien, tendría más viajeros.
Vía: El Diario Montañes
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