El pasado mes de agosto, concretamente el día 19, arrancaba el servicio comercial del nuevo Tranvía de Jerusalén, convirtiéndose en el primer tranvía de Israel.
No lo ha sido un proyecto fácil de llevar a cabo, su inicio está fechado en 1995, debido a la continua tensión existente en esa zona. A las continuas polémicas y acusaciones, hay que unirle varios retrasos y problemas en las obras, aunque, finalmente, el nuevo medio de transporte de la ciudad se ha hecho realidad, y en el interior de sus vagones es posible ver pasajeros con grandes diferencias ideológicas, aunque compartiendo unos minutos de sus vidas durante en la unidad tranviaria que les lleve a sus destinos.
El tranvía de Jerusalén, que ha contado con una inversión de unos 800 millones de euros, tiene una longitud de 13,8 kilómetros, a lo largo de los cuales hay un total de 23 estaciones. El tiempo necesario para recorrer la línea de principio a fin es de 90 minutos, demasiado para lo que estamos acostumbrados a ver en otras ciudades, aunque sus responsables prevén mejorar este tiempo.
Vía: El Mundo
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